Los bastones no solo proporcionan estabilidad, sino que también mejoran la postura y reducen el impacto en las articulaciones.
Al distribuir el esfuerzo entre brazos y piernas, permiten un movimiento más fluido y eficiente, reduciendo la fatiga y el riesgo de lesiones.
Además, su uso activo implica una mayor activación muscular, lo que aumenta el gasto calórico y mejora la condición física general.
Los bastones pueden ser de aluminio o fibra de carbono. El aluminio es más asequible y resistente, mientras que la fibra de carbono es más ligera y absorbe mejor las vibraciones.
Fabricadas en corcho, goma o espuma. El corcho es transpirable y cómodo, la goma ofrece un agarre firme y la espuma es suave y ligera.
Son las cintas ajustables donde se introduce la mano. Deben ser cómodas y permitir un buen control del bastón sin necesidad de sujetarlo con fuerza.
Existen puntas metálicas para terrenos naturales y puntas de goma para superficies duras como asfalto. Algunas son intercambiables para mayor versatilidad.
Los bastones pueden ser fijos o ajustables en altura. Los fijos ofrecen más estabilidad, mientras que los ajustables permiten mayor adaptabilidad en distintos terrenos.
Elegir el bastón correcto depende de varios factores, como tu altura, nivel de experiencia y el tipo de terreno donde lo usarás. Un bastón demasiado largo o corto puede afectar tu postura y provocar molestias.
También es importante considerar el material y el sistema de sujeción para garantizar comodidad y seguridad en cada paso. Antes de comprar, pruébalos y verifica que se adapten bien a tu forma de caminar y estilo de entrenamiento.
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